Un matrimonio siempre con peleas.
Todos los días, Antonio y Mari Carmen, siempre, estaban discutiendo; sin embargo, sus hijos eran de lo más tranquilo.
Los típicos problemas de siempre: que si Antonio no ayudaba en casa, que si no iba a hacer la compra nunca, que si se iba de bares con sus amigos todas las noches...
Sus hijos estaban hartos de que discutieran; no obstante, ellos seguían. Y para colmo, Antonio no daba nunca pie con bola, es decir, no hacia nada bien.
Una noche, Antonio dijo:
-Cariño, voy a hacer la compra, no tardo. Iré a por lechuga, tomates, pimientos...
Mari Carmen muy sorprendida dijo:
-Antonio,¿ Seguro que vas a hacer la compra?
Él dijo que sí, cogió su cartera, pegó un portazo y se fue.
Eran las 12 de la noche y Antonio no había aparecido por casa, ella y sus hijos estaban muy preocupados.
Pasó unas hora y Antonio llegó a la casa, pero no iba normal y corriente, sino que llevaba una borrachera impresionante.
Tuvieron una gran discusión y al final decidieron poner unas normas y si no se cumplía, se divorciaban.
Las normas eran las siguientes:
Ayudar en casa, tenían que repartirse el trabajo entre todos; ir a hacer la compra, cada día le toca a uno; no mentir, siempre decir la verdad; no llegar muy tarde, y si acaso vas a llegar tarde hay que avisar y volver en buenas condiciones...
Al final, todos cumplieron los normas y aunque como en todas las casas, de vez en cuando había problemas , no era como antes. Así la familia funcionó muy bien.